El argentino Juan Martín del Potro disputa este viernes en Wimbledon, ante el número uno del ránking, el serbio Novak Djokovic, su primera semifinal de un Grand Slam desde 2009, el año en el que alcanzó la primera línea del tenis mundial.
El octavo cabeza de serie en Londres se enfrenta a un reto complicado, si bien sabe que su potencia puede poner en aprietos al serbio: ya le ganó este año en las semifinales de Indian Wells (4-6, 6-4, 6-4), y todavía está fresco el recuerdo de la medalla de bronce olímpica que le arrebató el pasado verano en la misma pista central del All England Club donde volverán a enfrentarse mañana, en el primer turno.
El argentino se ha sobrepuesto al dolor en la rodilla izquierda que la ha torturado la última semana y venció la tentación de retirarse al inicio del partido de cuartos de final ante el español David Ferrer, cuando una caída en el primer juego le hizo dudar de que pudiera continuar sobre la pista.
Las "píldoras mágicas" que le dieron los médicos, según él mismo explicó, y su determinación, le permitieron seguir adelante en un encuentro que acabó venciendo con autoridad ante el que será número tres de la ATP a partir de la próxima semana (6-2, 6-4 y 7-6(5)).
Un día después de ese encuentro, Del Potro se entrenó a última hora de la mañana de hoy en las pistas Aorangi del club de Wimbledon, al suroeste de Londres, para preparar el penúltimo encuentro del torneo.
Con la rodilla vendada, el argentino intercambió golpes con su preparador, su compatriota Franco Davín, a pocos metros de donde al mismo tiempo se entrenaba Djokovic, que disputará su cuarta semifinal consecutiva en Londres y aspira a conquistar su segundo Wimbledon (ganó en 2011).
La base de datos de la Federación Internacional de Tenis (ITF) da la medida del nivel del choque entre el argentino y el serbio: en el último siglo nunca se habían enfrentado en semifinales dos jugadores que todavía no han perdido un solo set en el torneo.
Siempre en tres parciales, Del Potro se ha deshecho en su camino de Ferrer, del italiano Andreas Seppi, vigésimo tercer favorito, del esloveno Grega Zemlja 55 del ránking, del canadiense Jesse Levine (112) y del español Albert Ramos (62).
Djokovic, por su parte, ha dejado fuera al checo Tomas Berdych, séptimo cabeza de serie, al alemán Tommy Haas, décimo tercer favorito, al francés Jeremy Chardy, vigésimo octavo cabeza de serie, al estadounidense Bobby Reynolds (156 del ránking) y al alemán Florian Mayer (34).
Desde 2007, Del Potro y Djokovic se han enfrentado en once ocasiones, en ocho de las cuales se ha impuesto el serbio.
Con todo, el argentino podrá echar mano de la experiencia que ha adquirido en sus tres victorias ante el actual número uno del mundo, una por año desde 2011.
Hace tan solo tres meses, Del Potro remontó en la superficie dura de Indian Wells un primer set en contra para plantarse en una final en la que acabaría sucumbiendo ante el español Rafa Nadal (4-6, 6-3, 6-4).
En 2012, ambos tenistas se enfrentaron en cuatro ocasiones: Djokovic ganó tres, pero el argentino se impuso en la más relevante, el partido por el bronce de los Juegos Olímpicos de Londres.
Antes, en 2011, Del Potro se impuso en las semifinales de la Copa Davis, cuando Djokovic se retiró tras perder el primer set (7-5) y dejar escapar los tres primeros juegos del segundo.
El jugador de Tandil, de casi dos metros de altura, alcanzó la cumbre hasta ahora de su carrera en 2009, con apenas 20 años, en una temporada en la que se plantó en unas semifinales de Roland Garros que perdió ante el suizo Roger Federer, que acabaría ganando el torneo, y se impuso en el Abierto de Estados Unidos pocos meses después en una final en la que derrotó, esa vez sí, a Federer.
A partir de ahí, los problemas físicos le empujaron a una travesía por el desierto y tocó fondo en febrero de 2011, cuando se había hundido hasta el puesto número 484 de la ATP.
Lentamente, sin retroceder puestos prácticamente en ninguna actualización del ránking a partir de entonces, el argentino ha cumplido su objetivo de regresar a la élite, una meta que alcanzó al obtener el bronce olímpico el pasado verano y que quiere consolidar este viernes ante Djokovic.