El exciclista estadounidense Lance Armstrong dijo que ahora está dispuesto a ayudar para limpiar el deporte del ciclismo al que "ama", en la entrevista que le hizo la periodista Oprah Winfrey en la que reconoció que se dopó en los siete Tours que ganó en Francia.
"Amo el ciclismo. Si hubiese una comisión de la verdad, seria, responsable para aclarar todo el asunto y ayudar al ciclismo seré el primero en ayudar", declaró Armstrong en la recta final de la entrevista que se emitió a través del canal privado de "OWN", propiedad de la famosa periodista.
Armstrong reconoció que había hecho mucho daño al ciclismo, pero era la "cultura" que existía dentro del deporte en la década de 1990 y primera mitad del 2000.
A la pregunta concreta si sentía que estaba haciendo mal con el engaño del dopaje, Armstrong fue categórico cuando dijo un "no".
Sin embargo, reconoció que entendía el rechazo y la reacción negativa que todos han tenido hacia su persona, ahora que ya se sabe todo, pero que lucharía el resto de su vida para tratar de enmendarse, pedir disculpas y que vuelvan a confiar en él.
El hecho de haber sobrevivido a la mortal enfermedad del cáncer que se le extendió por distintas partes del cuerpo, el estadounidense dijo que le había creado la actitud de ganar todo sin importar los medios que tuviese que utilizar.
Ahora está dispuesto a trabajar con el mismo convencimiento, pero con la verdad por delante y ayudando al deporte del ciclismo en todo lo que pueda.
"Sé que no será fácil porque dejé en evidencia a muchas personas que dijeron la verdad, de ahí que habrá gente que escuchará esto y nunca me perdonará, lo entiendo", subrayó Armstrong. "Empecé el proceso. Pienso que todo es un proceso para mí".
El exciclista estadounidense también reconoció que el proceso que ha iniciado diciendo la verdad no será fácil, pero es el que le hace ser mucho más feliz que lo era antes.
"Uno de los pasos de ese proceso es hablar con esa gente directamente y decirles que lo siento, que yo estaba equivocado y que ellos estaban en lo correcto", subrayó.
Una de esas personas es precisamente el jefe de la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA), Travis Tygart, al que acusó de abuso de autoridad y de tratar de protagonizar una "caza de brujas" en su contra.
Tygart fue el que calificó el programa de dopaje de Armstrong en el equipo U.S. Postal Service como "el programa más sofisticado, profesionalizado y exitoso en la historia del deporte".
Hasta el momento, la USADA, que le ofreció a Armstrong, de 41 años, varias oportunidades para que colaborase el año pasado en el proceso de investigación del dopaje dentro del ciclismo cuando lo acusó a él directamente, no ha hecho ninguna valoración de qué pasos va a seguir tras conocer su nuevo testimonio de admitir que se dopó.
Si Armstrong hubiese colaborado el pasado mayo cuando se lo pidió la USADA, lo máximo que le hubiesen castigado era con seis meses de suspensión, como hicieron con su gran amigo y compañero de equipo George Hincapie.
Inclusive, algunos juristas expertos en el asunto consideran que Armstrong, como máximo hubiera podido recibir dos años de suspensión, pero ahora todo será mucho más difícil y complicado que le retiren la suspensión de por vida que le han impuesto y quitado todos los títulos del Tour de Francia y la medalla de bronce que consiguió en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.
Si como ha admitido en la entrevista está dispuesto a ofrecer detalles específicos de cómo era todo el programa de dopaje al que se sometió, entonces podrá tener la oportunidad de volver a competir en la modalidad de triatlón, pero a la edad de 49 años.
Durante su reinado, Armstrong no tenía piedad en castigar dialécticamente a sus rivales, con ataques mordaces en público y radicando demandas en los tribunales.
Algo que ahora se la ha vuelto todo en su contra ya que se enfrenta a numerosos problemas legales, incluidas demandas de su excompañero Floyd Landis, que lo acusa de estafar al equipo U.S. Postal Service, y del "Sunday Times" de Londres, que quiere recuperar los 500.000 dólares que le pagó tras perder una demanda entablada por el ciclista.
Además de una compañía de promociones de Dallas que le reclama 10 millones de dólares, desde Australia también tiene demandas, pero la peor será la de los 30 millones que le puede pedir el propio gobierno federal de Estados Unidos, dado que el equipo U.S.Postal se financiaba con el dinero público de todos los contribuyentes.
Los que han seguido su proceso legal consideran que esa ha podido ser otra de las "grandes" razones que le hayan llevado a hacer la confesión "pública" de que se dopó, porque a partir de ahora podrá llegar a algún tipo de acuerdo legal, cosa que antes no podía porque con las declaraciones de testigos como Hincapie su caso estaba perdido.
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