La derrota europea del Manchester City de Roberto Mancini ante el Ajax (3-1) pone en riesgo el avance de los ingleses en la Liga de Campeones y pone a prueba la paciencia del jeque Mansour bin Zayed, que ha invertido más de 600 millones de euros en cuatro años, en su sueño de ganar la Champions.
Con un solo punto tras tres encuentros en la máxima competición europea, los "citizens" no solo se han complicado sus opciones de clasificación para octavos en el grupo que lidera el Borussia Dortmunt seguido del Real Madrid, sino que también ven peligrar el pase a la Liga Europa que otorga el tercer puesto en la liguilla.
El propio Mancini, que guió la pasada temporada a los suyos hacia un título de la Premier League gracias a un gol "in extremis" del argentino Sergio "Kun" Agüero, reconoció tras el encuentro en Holanda que necesitarán un "milagro" para superar la primera fase de la Liga de Campeones.
Los "citizens", uno de los equipos que más millones ha dedicado en Europa a reforzar su plantilla en los últimos años, partía en esta ocasión de nuevo entre los favoritos de la Champions.
El conjunto inglés, sin embargo, lleva camino de repetir la decepcionante actuación que firmó la pasada campaña, cuando no pudo pasar a octavos en la que era su primera participación en la máxima competición europea en su formato moderno.
Tras un encuentro en el que el desorden defensivo de los "citizens" facilitó la labor de los delanteros del Ajax, Mancini decidió cargar con la responsabilidad: "La culpa es mía. No preparamos bien el partido", sentenció el técnico.
"Pensé que el duelo transcurriría de una forma concreta y al final todo fue distinto. Cuando ocurre eso es muy difícil ganar", explicó el italiano, que sacó al campo a toda su artillería en los minutos finales de choque en un gesto de desesperación.
Después del tercer gol de los locales, Mancini renunció a defenderse y plantó sobre el césped a sus cuatro delanteros: los argentinos Agüero y Carlos Tévez, el italiano Mario Balotelli y el bosnio Edin Dzeko, que le han costado al City, en total, unos 170 millones de euros, pero que anoche no fueron capaces de marcar un gol.
El exfutbolista italiano, que no ha sido cuestionado en Manchester desde su llegada al banquillo del Etihad Stadium en 2009, mostró un despliegue táctico errático durante el duelo ante el Ajax.
Los "citizens" se ordenaron de inicio en el Amsterdam Arena con un 4-2-3-1 que, ante los riesgos que había decidido tomar Frank De Boer, pronto se convirtió en un más conservador 4-4-2.
Durante la segunda parte, con el marcador desfavorable y sus opciones europeas esfumándose por momentos, el técnico reorganizó su equipo con un valiente 3-5-2 que tampoco dio el resultado esperado.
Tras el encuentro, el inglés Micah Richards reconoció que la línea de tres defensas era un plan que Mancini improvisó para la ocasión.
"No es algo que hayamos trabajado mucho. Estamos acostumbrados a ser cuatro en la línea de defensa", admitió el futbolista, que subrayó que, "si eso es lo que quiere el entrenador, tenemos que hacerlo bien y ensayarlo más".
Mancini no quiso comentar las palabras de Richards - "No sé lo que ha dicho, pero no quiero discutir sobre eso", sentenció -, y apeló al "espíritu de equipo" para tratar de recomponer al equipo de cara a los tres partidos que restan de Liga de Campeones.
El City disputará sus próximos dos compromisos europeos en casa, primero contra el Ajax, el 6 de noviembre, y después ante el Real Madrid, el 21 de noviembre, y visitará por último al Borussia Dortumnd en el último encuentro de la liguilla, el 4 de diciembre.
Guillermo Ximenis
