Era un día perfecto, por un lado Italia estaba buscando un gol o un empate que le diera la tranquilidad de acceder a la siguiente ronda, por el otro lado, Uruguay quería lograr una proeza que los llevara de regreso al Maracaná.
El día de hoy se repetía el partido de hace un año entre italianos y uruguayos, en aquella ocasión era la Copa Confederaciones, y sería la selección europea la que venciera a los sudamericanos en penales en el Estado Fonte Nova.
El partido estuvo muy trabado, muy físico. Desde el minuto dos ya había faltas, el balón se disputaba más con el cuerpo que con la cabeza, tal y como se esperaba.
Sin embargo, no se esperaba ver a una Italia tan tranquila en el campo, parecía que no habría salido, el tiempo era su mejor aliado, y éste tenía de rival a Uruguay, quien esperaba atrás, y de vez en vez salía al ataque, sobre todo por la banda izquierda.
Pocas emociones y acciones se pueden rescatar de la primera mitad, pocas llegadas, un tiro libre de Andrea Pirlo que saldría a la posición de Fernando Muslera.
Uruguay recuperaba muy bien por conducto de Cristian Rodríguez, el 7 celeste presionaba en 3/4 de terreno y distribuía bien a las bandas, sobre todo por la izquierda, por donde más intentaban martillear la sólida defensa azzurri.
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Poco a poco Italia empezó a quitarse la presión sudamericana, generando algunas jugadas de peligro, pero con mucha cabeza, buscando más la posesión del esférico que ofender y encontrar el gol que les diera tranquilidad.
La mejor jugada del encuentro llegaría de los pies de Luís Suárez, el Botín de Oro de Europa realizaría una gran jugada de paredes con Nicolás Lodeiro y quedaría mano a mano con Gianluigi Buffon, sacando un derechazo abajo, difícil para los arqueros, pero no para Buffon, el campeón del mundo, el capitán italiano que a sus 36 años evitaba el gol, realizando una atajada que le quedaría de frente al mismo Lodeiro quien buscaba igualmente marcar, pero tendría la misma suerte de su compatriota.
Giggi Buffon era la figura, había evitado en dos grandes atajadas la caída del marco europeo, y así pasaba el tiempo para que culminara el primer tiempo.
Italia dominaba con la tenencia de la pelota, Uruguay había tenido la más importante y había perdonado, fuera de eso no pasaba nada más, Muslera tenía muy poca actividad de peligro y culminaban así los primeros 45 minutos.
Para el segundo tiempo, Cesare Prandelli decidió sentar a Mario Balotelli, quien ya tenía una tarjeta amarilla y metiendo a Marco Parolo, un hombre de medio campo, y dejando a Immobile como única referencia en punta para buscar frenar y aguantar a Uruguay, jugar con su necesidad y contragolpear con la mejor gente posible.
Como ya comentamos, un partido sumamente ríspido, con mucho contacto, faltas por todos lados.
El parteaguas del partido
Era el minuto 58 y Claudio Machisio perdió la cabeza, el centrocampista italiano cometía una falta infantil, absurda, en 3/4 de cancha le dejaba los tachones por delante a la altura de la espinilla a Egidio Arévalo, justo en frente del mexicano Marco António Rodríguez, quien no dudó en mostrarle la tarjeta roja directa.
El partido estaría por romperse, Óscar Tabares mandaría un cambio importante, sacaba al lateral Álvaro Pereira y metía al delantero Cristhian Stuani, "toda al carne al asador", Uruguay iba con todo por la victoria, frente a una Italia que se tiraría duramente para atrás.
Sin embargo, faltaban aún 30 eternos minutos, y los más de 30º centígrados de temperatura ambiente ponían todo en contra de la selección europea, que buscaba apelar a su historia, a ese juego que ellos patentaron, a una defensa sólida e impenetrable, al contragolpe letal.
Pero eso no pasaría.
Nuevamente Buffon se convertiría en estrella, el cinco copas mundiales realizaba una atajada impresionante al minuto 65, nuevamente frente a frente quedaba Suárez tras un pase bello, filtrado de parte de Cavani, pero las manos del italiano le decían que no al uruguayo.
El partido se hacía viejo, el mejor jugador de campo de Italia, Marco Verratti caía al suelo, fundido por el calor y casi 75 minutos de correr de arriba a abajo, los calambres no lo dejarían correr más y habría de salir de cambio.
Momentos más tarde llegaría una jugada polémica, el Conejo Suárez mordía de manera artera a Chiellini en la espalda, el colegiado no se daba cuenta y jugaba gratis el delantero del Liverpool, quien merecía la roja tras la agresión.
Pese a ello, hay que destacar el impresionante trabajo del arbitro mexicano, quien estuvo siempre cerca de la jugada y marcando de manera excelsa, sin miedo a sacar tarjetas, como lo comprobó en la expulsión del italiano.
Explota Uruguay, América para los americanos
Era el minuto 80, córner para la celeste que vestía de blanco, llegaba el centro y aparecería un hombre solo, un jugador del Atlético de Madrid, un uruguayo que tiene el número 3 en la espalda y un gafete que le da el reconocimiento a su esfuerzo, garra, lucha, pasión y empuje, él aparecería ahí, en lo más alto, para meter un testarazo que batiría a un portero que lo había entregado todo y que no lograba salvar a su país de la eliminación.
Diego Godín metía el gol y el estadio explotaba en gritos, una celebración que se expandió casi dos minutos, pero que durará todo el día en el sur del continente americano.
Uruguay estaba eliminando a un equipo italiano que se estaba muriendo de nada, que jugó a aguantar, a buscar el empate que los metiera en la siguiente ronda.
Los mejores minutos del partido fueron los últimos diez, con Italia que más con orgullo que con fútbol, intentaba lograr lo que en 80 no había logrado, el árbitro sumaba cinco minutos más de suplicio para los europeos, mientras Uruguay aguantaba atrás, sin problemas, los tímidos arranques de la Azzurri.
Al igual que hace cuatro años, Italia quedaba fuera del Mundial, 24 años después de lo ocurrido, Uruguay se vengaba de la escuadra europea.
Esto es Uruguay, esta es una escuadra que no deja de buscar resultados, que no deja de empujar y que justamente estaba eliminando a una selección europea más, y que ahora espera rival para Octavos de Final.
