Encuentro disputado en el Michigan Stadium, que registró una entrada de 110 mil personas, obteniendo el récord de asistencia a un partido de fútbol en Estados Unidos. Partido correspondiente a la Guinness International Champions Cup.
Cuando los estadios norteamericanos de fútbol colegial se visten para recibir partidos internacionales, el mundo se puede dar cuenta que el fútbol en EEUU sea o no uno de los deportes más populares, tiene un poder de convocatoria sin igual.
El último duelo del Real Madrid pintaba para ser una fiesta y claro que lo fue, pero no la que quería Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. Fue una fiesta para el equipo de los “diablos rojos” que mostraron las deficiencias en el trabajo de equipo y que muchos de los futbolistas merengues no pasan su mejor momento.
El primer tiempo inicio con dos equipos que lanzaron al terreno de juego lo mejor que tenían disponible para el partido. Al minuto 21 Young abrió el marcador. El delantero del equipo inglés recibió un pase de Danny Welbeck, enfiló al área y desde el lado izquierdo sacó un potente disparo que superó la estirada de Casillas.
El gol era justo premio al trabajo realizado por los jugadores del holandés Louis van Gaal, quien debuta esta año como Director Técnico del Manchester United, quienes mostraron mejor preparación, entendimiento y colocación dentro del terreno de juego. Por su parte el equipo de Carlo Ancelotti parecía sobrado en el campo y cada minuto del encuentro le costaba más trabajo poder hilvanar más de tres toques cortes.
El empate llegó al minuto 27 por la vía del penal. Cuando más gris era el partido para los merengues, el galés, Gareth Bale, en una jugada individual fue derribado dentro del área por Michael Keane.
El árbitro no dudó en marcar el penal y fue el mismo Bale quien lo cobró a la derecha de David De Gea.
La ventaja para el equipo inglés estaba en los botines de Young.
El delantero inglés recibió de nueva cuenta por el lado izquierdo el balón y sacó potente disparo que el portero Iker Casillas sólo acompañó con la mirada.
Con la ventaja de 1-2 se llegó al descanso y daba la sensación de que el partido estaba ya sentenciado ante la poca inspiración del actual campeón de Europa.
El tercer gol para los “Diablos Rojos” saltó desde la banca. Al minuto 80 Javier Hernández se plantó en el área del Madrid.
El ariete mexicano remató de cabeza a quemarropa por el lado derecjo de la portería de Casillas, quien de nueva cuenta sólo vio como la pelota besaba las redes.
La gira norteamericana del Real Madrid cerró con tres derrotas y malas sensaciones para el equipo español que enfrentará al Sevilla por la Supercopa de Europa.
