El Madrid ha despertado del sueño en el que vivía y lo ha hecho de terrible manera. Tras haber tenido un 2014 en donde ganó prácticamente todo lo ganable: Champions League, Copa del Rey, Supercopa de Europa, Mundial de Clubes, Balón de Oro, etc... parece que este año el Real Madrid se irá con las manos vacías, salvo que ocurra un milagro.
Y es que con la Liga prácticamente definida en favor de FC Barcelona, quienes únicamente necesitan tres puntos de los seis disponibles para asegurar el título 23 en su historial, el cuadro merengue tenía como máxima prioridad llegar al menos a la final de la Champions League por segunda vez consecutiva, sin embargo no fue así y su verdugo nació en casa.
El trámite del partido favoreció a los locales, quienes tenían la consigna de conseguir la victoria por el resultado que fuera, siempre y cuando la Juve no les consiguiera anotar.
Todo iba bien, el Madrid lucía vertical y empecinado en conseguir el pase a la final de Berlín para afrontar a su eterno rival, y un gol de su comandante, Cristiano Ronaldo, ponía las cosas en cause desde los 11 pasos tras una falta cometida sobre James Rodríguez.
Sin embargo, el Vecchia Signora no se quedaría con los brazos cruzados y buscaron con mucho corazón la portería española con la finalidad de anotar un gol que obligara a los blancos a marcar un gol que mandar el partido a tiempos extras o dos goles para asegurar el viaje a Alemania.
Entonces llegaría un centro de El Maestro Pirlo que fue retrasado por Paul Pogba para que aparecería Álvaro Morata, quien hace poco más de un año festejaba junto con Cristiano Ronaldo y compañía la obtención de la Décima Orejona y que fue despechado por Carlo Ancelotti para esta temporada, y convirtiera aquel sueño en una terrible pesadilla.
Morata marcó el primer gol de la eliminatoria en el partido de ida en Turín y el gol que culminó con el sueño madridista.
El propio Santiago Bernabéu era puesto en silencio por la obra de un jugador que un año antes les habría dado satisfacciones al cuadro merengue con un gol que minuto a minuto lucía más y más fulminante.
Cristiano, Benzema, Bale y el mismo Chicharito Hernández, quien jugó cerca de 30 minutos, buscaron sin cesar la portería de Buffon, aunque sin mayor suerte que venciera a quien fuera considerado el mejor golero del mundo.
Así, el modesto David italiano pudo vencer al temible Goliat español, dejando al rey sin corona y con el boleto para afrontar una final inédita entre dos equipos que suman 6 títulos de Champions League y que el próximo 6 de junio en el Estadio Olímpico de Berlín definirá al nuevo monarca del torneo más importante del orbe.
