El boxeador puertorriqueño Félix Verdejo eligió el deporte para huir del camino de la violencia que le podía esperar después de haberse criado en un ambiente marcado por los conflictos sociales.
Verdejo, de 19 años y conocido como "El diamante", se crió en el residencial público Las Gladiolas, una de las barriadas populares más "calientes" o peligrosas de la capital sanjuanera marcada por la venta de drogas, la prostitución y la criminalidad.
"Desde pequeño siempre fui independiente, siempre andaba solo. Por ese mal ambiente del residencial, me supe defender", dijo el joven púgil a Efe.
Cuando Verdejo tenía dos años, sus padres se separaron, quedando a supervisión de su madre, quien llevó al pequeño a practicar varios deportes, como el béisbol y baloncesto.
Un día, Verdejo estaba "soltando su brazo", práctica que hacen los peloteros, en la cancha de baloncesto del residencial, mientras que su hermano de crianza, Jan Rivera, comenzó a tirar piedras.
Verdejo entones llamó al padre de su amigo, Ángel "Cuzo" Rivera, para indicarle lo que estaba haciendo.
Rivera decidió que los pequeños se pusieran unos guantes de boxeo para que sacaran su furia a través de los golpes que ambos querían pegarse.
"Yo fui bien guapo, nos pusimos los guantes y Cuzo vio que tenía potencial", relató Verdejo a Efe en un entrenamiento en su gimnasio en Cupey Alto, lugar de residencia y crianza del excampeón mundial Félix "Tito" Trinidad.
Mientras Verdejo hacía deporte, los problemas sociales en su entorno continuaban y sus amigos decidían unirse a dichos males también.
"Fue bien difícil porque vi amistades que estaban a mi lado, de mi edad, que tomaron esa mala decisión de ir a la calle y vi cómo los mataban. Y pues yo, no te digo que iba a ir por ese ambiente, pero estaba presto a tomar esa decisión también", recordó Verdejo.
"Siempre me creí aparte. Me quedaba en casa de mis amistades la mayoría del tiempo, por lo que no estaba estable. Siempre me gusta estar en el vecindario haciendo travesuras", admitió.
Verdejo comenzó a boxear a los 9 años bajo la tutela de su entrenador Ricardo Márquez en el centro polideportivo Rebekah Colberg en San Juan.
Márquez, por su parte, contó a Efe que la primera vez que vio a Verdejo hacer algún entrenamiento físico, se dio cuenta de que era un atleta natural, pues entre el grupo de otros jóvenes era el que más rápido corría.
De igual modo, relató que cuando iba a buscar a Verdejo a su casa, sentía temor por la violencia que se vivía en el lugar, pero gracias a que el joven decidió ir a la iglesia, su vida transformó.
"Tuvo un entorno difícil. Cuando lo iba a buscar, pues había que pensarlo para entrar. Pero sí, ellos me contaban las cosas que pasaban allí y eran bien duras", indicó.
La primera pelea del joven deportista fue en el residencial público Luis Lloréns Torres, otro de los lugares de mayor delincuencia del área metropolitana de San Juan.
Fue entonces, a los 15 años, cuando Verdejo decidió dedicarse por completo a boxear, oportunidad que le dio para unirse al equipo nacional de Puerto Rico compitiendo a nivel internacional.
Entre esas competencias, estuvieron los Juegos Panamericanos Juveniles, donde ganó oro, así como el Campeonato Mundial Aficionado de Boxeo, hasta que en 2012, representó a la isla caribeña en los Juegos Olímpicos de Londres.
En la capital inglesa, perdió en cuartos de final ante el ucraniano Vasyl Lomachenko, con puntuaciones de 14-0.
No obstante, la reconocida empresa de boxeo Top Rank lo contrató. Por el momento, el joven boxeador tiene una marca invicta de 3-0.
"Ha sido una carrera fructífera. Y hasta ahora he logrado mis metas", afirmó Verdejo, quien sueña con ser campeón mundial para darle "alegría" a su país, "unir a las familias, igual que hizo Tito Trinidad, y que la violencia termine".
"Aprendí que las cosas malas que hice, ya no las hago, pero cuando llegué a los caminos del Señor, pues eso me hizo pensar diferente. El Señor transforma a uno por completo", añadió.
Márquez, mientras tanto, destacó que la característica más positiva de Verdejo es su disciplina.
"A veces el boxeo no es solo tener la habilidad y fortaleza, pero él se deja llevar, escucha y es bien humilde con todo el mundo. Además su habilidad natural, es innato en él, y que no se enseña", destacó.
MCH