Si a ti te gustaría ser árbitro profesional deberías considerar que dicho oficio no es del todo sencillo, pues uno debe tener el carácter suficiente para resistir toda clase de insultos, gritos y exclamaciones tanto de aficionados como también de los propios jugadores.
Además, se requiere de valor para tomar decisiones determinantes que incluso pueden cambiar el rumbo de un partido.
Por todo lo anterior, es importante llevar a cabo una preparación adecuada, la cual comienza en la Escuela Nacional de Árbitros (ENA), lugar donde uno adquiere las bases para conocer todo lo que respecta al reglamento de futbol, sin dejar de lado el desarrollo de acondicionamiento físico.
Para ingresar a la ENA es importante cumplir con una edad de entre 18 y 24 años de edad, así como tener el bachillerato concluido.
Se estima que la colegiatura mensual en la ENA tiene un costo de aproximadamente 1,445 pesos, por lo que cursar el año en dicha institución implica un gasto de poco más de 18,000 pesos, considerando mensualidades e inscripción.
Posteriormente, se deben cumplir con ciertas pruebas y exámenes de admisión tanto a nivel teórico como práctico, en donde principalmente se pone a prueba el estado físico, recordando que un árbitro no sólo debe ser una persona preparada, sino también todo un atleta capaz de resistir durante 90 minutos o más la intensidad de un partido de fútbol.
Una vez que se cumplen con esos requisitos, cuando un árbitro logra obtener el certificado correspondiente, debe iniciar desde Tercera División para ir adquiriendo la experiencia suficiente que le permita dar el brinco a la máxima categoría, donde tendrá la oportunidad de dirigir los partidos más trascendentales del balompié.
Es muy común que a un árbitro no se le dé la importancia y el respeto suficiente; sin embargo, se debe destacar que a final de cuentas, el futbol no sería lo mismo sin los denominados “hombres de negro”, pues a final de cuentas, ellos representan la máxima autoridad sobre el terreno de juego.
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