El Dakar 2013 arranca mañana en Lima con el regreso de Carlos Sainz al volante de un buggy y con la baja destacada en la carrera de motos de Marc Coma, que no se ha recuperado a tiempo de una lesión en el hombro.
La quinta edición latinoamericana del rally asoma con un nuevo trazado al borde del Pacífico con la meta en Santiago de Chile y un paseo por el norte y la zona central de Argentina.
Serán 459 vehículos, con 189 motos, 155 coches, 75 camiones y 40 quads que recorrerán más de 8.400 kilómetros repartidos en catorce etapas, la mitad de ellos contra el crono.
Si en 2012 la carrera dio la bienvenida a Perú con las etapas finales y la llegada a Lima, este año se invirtió el orden y este país andino será el protagonista en los primeros compases del Dakar.
La aventura arrancará con un plato fuerte. Las dunas del desierto peruano entretendrán a los pilotos los primeros días en Pisco, Nazca y Arequipa.
La caravana del Dakar entrará después a Chile durante un par de días para adentrarse enseguida a Argentina. San Miguel de Tucumán acogerá la jornada de descanso y la carrera llegará hasta Córdoba.
El rally se dirigirá luego hacia La Rioja y Fiambalá, escenarios ya clásicos del Dakar sudamericano.
Posteriormente regresará a Chile a la altura de Copiapó, donde enfilará rumbo al sur hasta la capital chilena. El podio se situará este año frente al histórico Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo chileno.
Se trata de un trazado completo y variado, en el que confluye lo más destacado que los pilotos se han hallado desde que la carrera cruzó el charco para instalarse en América Latina.
"Podemos decir que el Dakar de este año es una mezcla de los cuatro primeros en América con las mejores cosas que tenemos", explica David Castera, director deportivo del rally.
Según Castera, la principal novedad del recorrido es la curva de dificultad de la carrera, que se pone peliaguda desde las primeras de cambio.
"Empezamos más fuerte que los años anteriores, se para un poco la dificultad al medio para subir de nuevo al final", señala.
En la competición de coches se augura una de las ediciones más abiertas de los últimos años. El dominio de Volkswagen dio paso el año pasado a la jerarquía de Mini, que logró situar en los dos primeros cajones del podio al francés Stéphane Peterhansel y al español Joan 'Nani' Roma.
Pero este 2013 ha aparecido un nuevo equipo dispuesto a complicar la vida a los pilotos de Mini. Es el Qatar Red Bull Rally Team, que se presenta con dos buggies fabricados en California.
Y al volante de estos dos vehículos, dos pilotos ilustres del Dakar: el catarí Nasser Al-Attiyah, ganador en 2011, y el español Carlos Sainz, que ganó en 2010.
El madrileño, que no corrió en 2012 por el abandono de la competición de Volkswagen, se ha dejado seducir por la arriesgada apuesta patrocinada por Al-Attiyah, que el último Dakar terminó fastidiado con la poca seriedad del equipo Hummer.
La respuesta del buggy es una incógnita. Los escasos kilómetros que ambos pilotos han hecho con las nuevas máquinas no permiten hacer pronósticos, aunque el calibre de los nombres involucrados en el proyecto debería ser una garantía para asegurar un buen nivel.
Los buggies cuentan además con una pequeña ventaja con la nueva normativa de la carrera, que les permite tener una brida en el motor un poco más grande que el resto de autos, lo que les da unos cincuenta caballos adicionales de potencia.
Habrá que tener en cuenta también lo que haga el sudafricano Giniel De Villiers, que ha trabajado a fondo el Toyota Hilux con el que el año pasado logró la tercera posición.
En motos, lo más destacable de este Dakar 2013 es la ausencia del español Marc Coma, que no se ha recuperado a tiempo de una lesión en el hombro que sufrió en octubre pasado en Marruecos.
Es una baja sensible que lamentan todos los pilotos del circo 'dakariano'; también el francés Cyril Despres, su máximo rival, que no podrá reeditar los trepidantes duelos que ambos mantienen desde hace ya unos cuantos años.
Las opciones de victoria del galo aumentan sin Coma en carrera, y la gran duda es, un año más, si surgirá alguien que se atreva a discutir la hegemonía de los dos grandes tenores del Dakar, ganadores de las últimas siete ediciones.
Uno de los que podría conseguirlo es el español Joan Barreda, que cuajó un excelente tramo final en el Dakar 2012 y parece estar alcanzando la madurez necesaria para pelear por el triunfo.
O quizás sea el turno del portugués Helder Rodrigues, o del chileno Francisco 'Chaleco' López, que este año corre con una KTM y cuenta con la asistencia del equipo Tamarugal, tras la desaparición del Bordone Ferrari, donde lo acompañaban los españoles Jordi Viladoms y Gerard Farrés.
Todas estas dudas empezarán a disiparse este sábado con la primera etapa. La caravana se despedirá de Lima y enfilará rumbo a Pisco, con un breve tramo de 13 kilómetros cronometrados para abrir boca.
MCH