Según Wrestling Observer Newsletter (WON) el COO de la compañía WWE, Paul Michael Levesque, intentó silenciar a Alberto del Rio ofreciendo recontrarlo en seis meses si éste no denunciaba ante los medios que la razón por la cual había sido despedido de WWE se debía a no haber soportado comentarios racistas.
El oriundo de San Luis Potosí fue muy claro al hablar que su valor como persona estaba por encima de cualquier contrato, arreglo o querella legal y que si exponía la razón por la cual había salido de la empresa de los McMahon era para acallar las versiones que lo tachaban de haber perdido los estribos sin razón con un empleado de la WWE.
Según WON, la decisión de WWE fue pensada en un principio para disminuir los daños a la imagen y reputación de la empresa, pero al realizar una investigación más a fondo se supo que el primero en atacar fue el empleado Cody Barbierri, quien realizó comentarios ofensivos, xenófobos y discriminatorios contra el luchador mexicano y los latinos en general, motivo por el cual Alberto le dio una cachetada al trabajador de redes sociales.
WWE evitó la demanda de Cody Barbierri, no así la de “Dos Caras Jr.”, quien al no verse liberado de la cláusula de 90 días que le impide pelear, demandó a la empresa por racismo laboral, tema sumamente penado en los Estados Unidos.
La demanda de “El Patrón” se suma a la larga lista de querellas legales que tiene en su contra la WWE, como la del exproductor Andrew Green, quien mantiene un juicio con la empresa de los McMahon y el luchador Big Show, por haber sufrido una agresión física por parte del atleta.
