Todo inició con el Ciclón McKey

El sello característico de la Lucha Libre mexicana es la máscara. Estos diseños que portan los atletas son parte esencial de sus personajes, ya que les confieren un sentido único, presencia, prestancia y muchas veces rodean al luchador de misterio.

04-Ago-2014 QuimiNet Lucha Libre
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Parte del folclore de la lucha libre es ver a sus actores portando máscaras que sirven para cubrir su rostro.
 
Este pequeño pero necesario aditamento les otorga las características natas del personaje, les transporta a un lugar distinto donde el gladiador deja de ser “Juan Pérez” y se convierte en la persona que él desea.
 
Lo más extraño es que este sello característico del pancracio mexicano es producto de la inventiva de un luchador norteamericano. El primer gladiador enmascarado del que se tiene registro oficial fue el Ciclón McKey en 1933, popularmente conocido como “la maravilla enmascarada”.
La tapa del Ciclón fue manufacturada por el taller de curtidos de Antonio Martínez, quien hasta ese momento se dedicaba exclusivamente a la confección de calzado. Don Antonio no sabía que esa extraña petición marcaría el rumbo de este deporte en México.
 
Cuentan que el Ciclón McKey llegó con Don Antonio solicitando un antifaz, pero después, al contemplar que podría ser arrancado con facilidad, le pidió que hiciera una máscara que cubriera todo el rostro y que además fuera difícil de quitar.
 
El primer modelo que salió del taller de talabartería no sirvió, las medidas estaban mal, era sumamente incómodo para el luchador y además las costuras lastimaban al momento en que la máscara era presionada sobre el rostro.
 
Molesto por la calidad del producto y porque su idea tal vez no era tan buena, el Ciclón regresó con el artesano, éste estaba ofendido y aunque en un principio se negó a realizar un segundo intento, dado que el primero había sido sumamente laborioso, aceptó al ver el pago que ofrecía el luchador por su trabajo.
 
Para este segundo molde, Don Antonio tomó 17 medidas al luchador, las 17 partes de las cuales están constituidas las máscaras en la actualidad.
 
Al terminar la máscara, el luchador se la colocó y por fin le había quedado a la perfección.
 
La máscara trajo no sólo más trabajo y misticismo al Ciclón, quien dejó de lado su nombre para convertirse en Maravilla Enmascarada.
 
Desde ese momento, el luchador visitaba frecuentemente el taller de Don Antonio Martínez, pues era la única persona capaz de llevar a cabo su caprichosa encomienda, que con el paso de los años, se ha convertido en un accesorio significativo en la lucha libre.
Twitter @desdela3cuerda

 

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