River Plate ganó y ya espera al Barcelona en la final del Mundial de Clubes

Los Millonarios sufrieron para conseguir el pase a la final del Mundialito; mañan Barcelona se enfrentará sin Neymar al Guangzhou Evergrande en busca de llegar a la final soñada.

16-Dic-2015 QuimiNet Fútbol Internacional
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El campeón de la Copa Libertadores, River Plate, sufrió de más para poder conseguir el pase a la Gran Final del Mundial de Clubes 2015, luego de ganar por la mínima ante el conjunto Sanfrecce Hiroshima.
 
Los once nipones del Sanfrecce Hiroshima dieron la gran sorpresa al dominar a placer a uno de los grandes del fútbol mundial y ponerlo sobre las cuerdas durante el primer tiempo dejando enmudecida a la gran hinchada argentina que se dio cita en el Estadio Nagai de Osaka.
La gran figura del partido fue el arquero Marcelo Barovero, quien tan sólo en el primer tiempo salvó tres llegadas de gol evitando lo que parecía iba a ser la gran sorpresa del torneo.
 
Sin embargo, todo cambió faltando 15 minutos del partido cuando su contraparte nipona, Takuto Hayashi, realizó un mal despeje ante un tiro libre de Carlos Sánchez para que Lucas Alario marcara el único gol del partido, haciendo explotar las 15 gargantas porteñas y consiguiendo el pase de los Millonarios a la gran final.
 
Al final, el objetivo de Marcelo Gallardo se cumplió y River Plate disputará su primer final de Mundial de Clubes, en la que se espera se enfrente el próximo domingo en Yokohama al Barcelona, equipo que disputará el día de mañana la segunda semifinal ante el sorpresivo Guangzhou Evergrande de Luiz Felipe Scolari que cuenta en Paulinho y Robinho como sus principales armas.
 
Por su parte, el Campeón de la CONCACAF, América, cerró el torneo con una honorífica victoria de 2-1 en el partido por el quinto lugar ante el Mazambe, equipo de Congo que resultó campeón de la Copa de Campeones de África, gracias a los goles de Darío Benedetto y Martín Zúñiga.
 
Con esto, el Ame no pudo mejorar la actuación que realizó en el 2006, cuando finalizó en cuarto lugar, un resultado que deja a los americanistas con un amargo sabor de boca.

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