Estados Unidos tuvo la oportunidad para demostrar de qué está hecho en este Mundial, pero dejó pasar la oportunidad ante una Alemania que mostró mayor contundencia y fue gracias a la precisión y gran técnica de Müller que se posicionó como primer lugar del Gupo G.
Recife fue la sede en donde alemanes y estadounidenses definieron de qué fútbol "salieron más correas".
El otro partido del Grupo G: Portugal saca boleto… pero de regreso a casa
Con el empate los europeos tenían suficiente para avanzar como líderes del sector, mientras que los americanos estaban en busca de la victoria que les daría tranquilidad.
Desde el minuto uno Die Mannschaft inició dominando el esférico, con una larga tenencia del Brazuca y arremetiendo con acelerones de peligro, mientras Estados Unidos esperaba paciente buscando no desordenarse y perder el bloque defensivo.
El partido estuvo claro, Estados Unidos buscaba desgastar a Alemania para encontrar un espacio a contragolpe.
Fueron casi 20 minutos de cierto monopolio por parte de los germanos, hasta que de a poco el equipo de las barras y las estrellas logró recuperar la pelota, corriendo a gran contragolpe, aunque sin preocupar a Manuel Neuer.
Pasando el minuto 30, Alemania no tenía prisa, tenía más la pelota, pero no tenia verticalidad, el gran trabajo del medio campo alemán se habría terminado y la ofensiva alemana no tenía conexión con el medio campo, debido a la presión americana.
Entonces los dirigidos por Joachim Löw decidieron bajar sus revoluciones, empezando a generar peligro con el dominio de Brazuca, compactando a sus jugadores, provocando que los 11 americanos defendieran en propio terreno y dejando ligeramente adelantados a Clint Dempsey en busca de la contra.
La extraña línea de seis que creaba Estados Unidos para contener el ataque alemán fue fructìfero, ya que evitó que los germanos anotaran en la primera mitad, pero los nuficó al ataque.
El partido estuvo trabado, férreo, con muchas entradas y los primeros 45 minutos terminaron así, con un conato de bronca entre Bastian Schweinsteiger y Dempsei al centro del campo, reflejando un poco la desesperación americana por no poder hilvanar más de cuatro toques al ataque, y la de los europeos al no poder penetrar el muro blanco que cubría la portería de Tim Howard.
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Segundo tiempo definitorio
Para el segundo tiempo Joachim Löw decidió sacar del campo a Lukas Podolski, quien pasó desapercibido y no logró romper el campo rumbo a la ofensiva, metiendo a Miroslav Klose, en busca que el jugador lograra anotar su gol y escribir su nombre en lo más alto de la historia de los Mundiales.
El partido continuó con la misma tónica, pocas llegadas, pocas emociones y un gran dominio alemán, el TikiTaka que inventó Guardiola, cedió a la Furia Roja y que "germanizó" Löw se hacía presente.
Entonces al 54' la balanza se iría justamente a un costado, Per Mertesacker sacaba un disparo potente que sería muy bien rechazado por Howard a un costado, sin embargo el balón le quedaría a un crack, un tipo que tiene magia en su botín derecho y haciendo uso de ella conecta un disparo colocado al poste más lejano, muy lejos de las manos de Tim Howard.
Thomas Müller marcaría un golazo más, alcanzando a Lio Messi y a Neymar Jr., en la tripleta de los mejores romperedes en lo que va del Mundial.
Factor psicológico
Dos minutos más tarde, Asamoah Gyan anotaría el empate para Ghana en el otro partido del Grupo G, por lo que el factor psicológico entraría a jugar también un papel muy importante en contra de Estados Unidos, un gol más de los africanos y estaría fuera del Mundial.
Por ello Klinsman quemaba todas sus armas, sacando a Brad Davis quien realizó poco y nada durante el encuentro, permitiendo la entrada de Alejandro Bedoya buscando a toda cosa el empate.
Sin embargo esto no pasaría, Alemania seguiría tendido al ataque y tendría en Özil un genio que bajaba y aceleraba el ritmo a placer, jugando con mucha idea y tranquilidad a favor de los alemanes y desesperando aún más a la zaga defensiva americana.
Los minutos pasaban y el ritmo de juego alemán iba en picada, debido a la poca peligrosidad de los estadounidenses, quienes pese a tener mayor control del Brazuca no inquietaban a Manuel Neuer, que se daba el lujo de salir, driblar a delanteros y presumir su fino toque de balón y juego de pies.
Poco a poco, Alemania desgastaba más y más las intenciones americanas, mostrando mayor rapidez de recuperación de pelota y defendiendo con gran categoría.
Al minuto 80, el estadio de Recife festejaba el gol de Cristiano Ronaldo, sí, Estados Unidos festejaba el gol de un contrincante que les aseguraba el pase a Octavos de Final.
Así transcurrió el tiempo, Alemania tenía el balón y Estados Unidos, devastado, esperaba atrás e intentaba a base de latigazos marcar un gol.
El arbitro ordenó cuatro minutos al cotejo y en los últimos dos vivimos los mejores del equipo de las barras y las estrellas, un par de contragoles inquietaron a la defensiva germana.
Primero Bedoya quedaría solo frente al marco y definiría a segundo poste, sin embargo, el capitán alemán, el eterno Philip Lahm, acompañaría la jugada y con un barrida salvaría el cero del arco de Neuer mandando a tiro de esquina.
El balón salía de tiro de esquina y tras varios rebotes, quedaría Dempsey solo para mandar un cabezazo que pasó a medio metro del arco que protegía perfectamente el guardameta del Bayern München.
El partido terminaba, Alemania vencía a Estados Unidos, ambos avanzaban, Löw y Klinsman se abrazaban y todo era tranquilidad en Recife.
El Grupo G estaba definido
Sin embargo, hay que destacar que en este partido y el anterior en contra de Ghana, los hijos del Tío Sam demostraron lo mucho que están extrañando a un jugador como Landon Donovan, pese al buen trabajo de Tim Bradley.
El antiguo Capitán América era el jugador que ponía peligro e inteligencia en el terreno de juego en este tipo de partidos.
Sí, Bradley tiene una técnica impecable y sus balones a profundidad son extraordinarios, pero el liderazgo es algo con lo que se nace y Donovan lo tenía tatuado en el pecho.
