Dicen que el fútbol siempre da revanchas, y eso fue justamente lo que ocurrió en la Final de la Copa Mundial Femenina de Fútbol en el BC Place de Vancouver, Canadá, en donde las Estadounidenses vencieron a las Japonesas con un contundente marcador de 5-2.
Luego de la final perdida en Alemania 2011, en donde la Selección Japonesa venció 3-1 a las Americanas por la vía de los penales, la oncena estadounidense buscaría revancha en la primera vez que se repite una final de la categoría.
La figura del partido fue nuevamente Carli Lloyd, capitana del cuadro americano, quien en los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012, fue la figura para que su equipo venciera a las japonesas por 2-1.
Y es que Lloyd y compañía sólo necesitaron 16 minutos del partido para finiquitar el partido, luego de que la capitana marcara un sorprendente hat-trick y Lauren Holiday contribuyera con otro más para un 4-0 que parecía irremediable.
Luego de un intento de reacción nipona por parte de Yuki Ogimi (al 27’) y un autogol de Juli Johnston al 52’, llegaría Tobin Heath al minuto 54’ para marcar el 5-2 definitivo.
Cabe destacar que aparte del título, la experimentada Christie Rampone se convirtió en la jugadora más longeva en participar en un Mundial Femenil luego de entrar al minuto 86’ por Alex Morgan.
Así, con gran contundencia y superioridad el cuadro de las dirigidas por Jill Ellis se convirtió en tricampeona del certamen, quedando como la máxima ganadora del mismo, refrendando a Estados Unidos como la máxima potencia del deporte femenil.
Desde la creación de las Copas Mundiales Femeniles en 1991, Estados Unidos siempre ha lucido entre los tres mejores equipos, consolidándose con tres títulos (1991, 1999 y 2015), un subcampeonato (2011) y tres terceros lugares (1995, 2003 y 2007).
La portera estadounidense Hope Solo fue elegida como el Guante de Oro, mientras que la capitana Carli Lloyd fue elegida como el Balón de Oro de la competencia.
