El majestuoso estadio Azteca se vistió de manteles largos para recibir una nueva edición del Clásico de Clásicos entre América y Chivas, donde además, el público se encargó de registrar una de las mejores entradas en lo que va del torneo para darle color al encuentro donde los dos equipos más populares y ganadores del balompié mexicano eran protagonistas.
Tras el pitazo inicial, América se lanzó al frente, decidido a abrir el marcador desde los primeros minutos y poco a poco comenzó a dominar en el encuentro con posesión de balón y tuvo mayor llegada al área rojiblanca, mientras que el equipo tapatío era impreciso y perdía fácilmente los balones ante la presión americanista.
Sin embargo, pese al ímpetu americanista, el gol no se hacía presente en el partido, ya que había muchas imprecisiones a la hora de definir, aunque al minuto 26, Paul Aguilar estuvo muy cerca de concretar el primero del encuentro al intentar un potente disparo a portería que terminó atajando de gran manera el guardameta, Antonio Rodríguez.
Otre jugada peligrosa de la Águilas tuvo lugar en el minuto 30 con un remate de cabeza por parte de Jesús Molina en una jugada de córner; sin embargo, el remate del elemento azulcrema salió desviado por encima de la cabaña jalisciense, y el gol no llegaba al Coloso de Santa Úrsula, donde los aficionados mantenían el buen ambiente.
Al minuto 39 tuvo lugar una de las jugadas más polémicas del encuentro, cuando el árbitro central no señaló una pena máxima favorable para Guadalajara, luego de que el jugador americanista, Paul Aguilar, rechazara un centro en el área por parte de Chivas pero con el brazo, situación que generó los reclamos por parte del “Rebaño Sagrado”.
El primer tiempo terminó igualado sin goles y con polémica, donde los primeros minutos favorecieron al América, aunque poco a poco Chivas fue ganando terreno y notándose ligeramente mejor en el encuentro. En términos generales, pese a la intensidad, el juego no terminaba por ser atractivo en el Azteca.
Ya en el segundo tiempo, América volvió a ser insistente al ataque pero las imprecisiones se mantenían. Además, el juego también se fue ensuciando con algunas faltas y Chivas se mantenía resistiendo los embates del equipo local; no obstante, por momentos Guadalajara presionó también a las Águilas en su área y poco a poco se vio mejor que los de Coapa.
Sin embargo, pese a lucir mejor que el rival, los rojiblancos se salvaron de la primera anotación al minuto 62, cuando Carlos Salcido rechazó en la línea de gol un remate de Paul Aguilar tras una jugada a balón parado en tiro de esquina.
El partido seguía sin ser espectacular, era intenso y disputado pero sin emociones en ambos marcos, Chivas dominaba y América únicamente encontraba oportunidades a balón parado, tuvieron que venir las modificaciones por parte de ambos técnicos pero ninguno de los jugadores que ingresaba lograba marcar la diferencia.
Ya en los minutos finales, Guadalajara comenzó a tirarse atrás conformándose con el resultado; sin embrago, al minuto 82 las emociones se hicieron presentes en el Azteca con la gran atajada de Antonio Rodríguez, quien con una enorme atajada evitó que la primera anotación del encuentro fuera americanista tras un impacto de Oribe Peralta dentro del área.
Instantes después vino la respuesta de Chivas con una descolgada del jugador, David Ramírez, quien por banda izquierda arrancó a toda velocidad dirigiéndose sin marca al área rival pero la defensiva americanista comenzó a hacer presión y el jugador lanzó su disparo desviado de la portería defendida por Moisés Muñoz.
El juego no dio para más y el árbitro central dio por terminada una edición más del Clásico de Clásicos, donde a fina de cuentas los pronósticos no se hicieron válidos y las Chivas, quienes eran catalogadas como víctimas, salieron con vida del Azteca sumando un valioso punto ante el acérrimo rival.
