Finalmente le llegó el día a Cuauhtémoc Blanco, ese en el que tendrá que decirle adiós a un deporte que le dio prácticamente todo en la vida y donde se forjó como un ídolo en México por su notable calidad, atrevimiento, coraje, valentía y, sobre todo, liderazgo en el terreno de juego.
No será fácil olvidar a un jugador icónico y con la personalidad del “Temo”, aquél que fue capaz de inspirar a chicos y grandes con sus goles y peculiares festejos, aquél que siempre estuvo envuelto en la polémica, aquél que sobre el terreno de juego siempre mostró esa picardía característica del estereotipo mexicano. Como él no hubo y ni habrá otro.
Han pasado 23 años desde que Blanco Bravo debutó en el fútbol mexicano y hasta la fecha no ha surgido un solo jugador que sea capaz de ser su sucesor, pese a que se mencionaron nombres como Juan Carlos Mosqueda, quien por sus cualidades pintaba para ser el heredero; sin embargo, actualmente prácticamente vive en el olvido y ni siquiera se desempeña en el máximo circuito.
También salió a relucir el nombre de Giovani dos Santos, jugador que pese a tener una gran calidad, no ha llegado a consolidarse como ese futbolista que marque la diferencia en su respectivo club o en Selección Mexicana, donde ha vivido momentos de altibajos y no es catalogado como líder en el Tri.
Adolfo Bautista fue otro de los jugadores que llegó a ser comparado con el surgido de Tlatilco, pero de la misma forma, llegó a pasar inadvertido pese a vivir buenas etapas a lo largo de su trayectoria futbolística.
La pregunta sigue en el aire, ¿algún día surgirá el heredero de Cuauhtémoc? Y si surge, ¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar para conocerlo?
Imitado pero jamás igualado. Hoy se retira un auténtico crack del fútbol mexicano y a nosotros únicamente nos queda decir: Gracias por todo ÍDO10.
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