Rafael Nadal regresa a la ciudad de las luces para agrandar su leyenda

Con espectacular recuperación regresa a Roland Garros dispuesto a conquistar su octavo triunfo

25-May-2013 EFE Tenis
Rafael Nadal regresa a Roland Garros para conquistar en la tierra batida de París su octavo triunfo y agrandar así su leyenda en el Grand Slam, además de dejar definitivamente superado el bache causado por los siete meses de ausencia de las pistas por sus problemas de rodilla.
 
Su espectacular recuperación y el elevado nivel mostrado desde el retorno a las canchas en febrero pasado en Viña del Mar, su reputación sobre el polvo de arcilla y su ascendente natural en Roland Garros, le convierten en el favorito, por delante del serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, y del suizo Roger Federer, número tres.
 
Desde su retorno, el mallorquín ha ganado tres Masters 1.000 (Indian Wells, Madrid y Roma) y otros tres torneos de menor entidad (Sao Paulo, Acapulco y Barcelona) y ha jugado dos finales, lo que le convierte en el tenista más temido del momento.
 
Y eso pese a que Nadal afrontará el torneo como cuarto tenista del mundo y tercer cabeza de serie, su peor clasificación al inicio de la quincena parisiense desde que en 2005 alzó su primera Copa de los Mosqueteros.
 
El mallorquín solo ha comparecido en París en dos ocasiones como número uno del mundo. Y en una de ellas, en 2009, concedió en octavos de final la única derrota que ha sufrido en la tierra batida francesa, contra el sueco Robin Soderling.
 
En 2011 hizo bueno su cartel de favorito número uno y se alzó con el trofeo, con lo que igualó el récord que, hasta ese momento, tenía el sueco Bjorn Borg.
 
El resto de las veces siempre ha tenido algún tenista por delante en el ránking, lo que no le ha impedido sumar siete títulos y crearse una leyenda de casi invencible en los aledaños del Bois de Boulogne.
 
Ni el suizo Roger Federer, que durante años se estrelló contra la fortaleza sobre tierra de Nadal, ni el serbio Novak Djokovic, el mejor del momento, han logrado torcer en la pista Philippe Chatrier la raqueta del balear, que ha sabido imponer su superioridad mental y física.
 
Ellos dos aparecen de nuevo como sus principales rivales para lograr arrebatarle su Grand Slam, junto con su propio estado físico y de forma, que conserva todavía algún foco de inquietud, resquicio de la larga lesión de rodilla que comenzó en Wimbledon el año pasado, su última comparecencia en un Grand Slam.
 
Tras su derrota frente a Lukas Rosol en la segunda ronda de la hierba londinense, Nadal decidió afrontar de cara sus problemas de rodilla, lo que le alejó siete meses de las pistas.
 
El retorno en Chile en febrero pasado fue como un ciclón que despejó las dudas sobre sus posibilidades de regresar al máximo nivel.
 
Desde entonces, el de Manacor sólo ha perdido dos partidos, contra el argentino Horacio Zeballos en la final de Viña del Mar, apenas una semana después de haber retomado la competición, y la más inquietante, la que le propinó Djokovic en la final de Montecarlo.
 
Esa derrota aparece como la única sombra sobre el floreciente recorrido de Nadal sobre la tierra batida. El español nunca había perdido en el Principado, donde encadenaba ocho triunfos consecutivos, y se vio dominado por un Djokovic que pareció haber encontrado la receta para ganar al mallorquín, algo corto de forma aquel domingo soleado.
 
El escenario recuerda un poco al de 2011, cuando "Nole" llegó a París en busca de su primer Roland Garros tras haber derrotado en cuatro finales al español esa temporada, dos de ellas en tierra batida.
 
Pero el serbio no llegó a la final, de la que fue apartado por Federer, que acabó humillado por Nadal.
 
Djokovic afronta esta edición con la intención de sumar el único Grand Slam que no figura en su palmarés y acabar con la hegemonía de Nadal en esa pista.
 
Su triunfo en Montecarlo le da confianza para poder hacerlo, pese a que su temporada no está siendo tan brillante como las pasadas.
 
El serbio puede sumar en París su tercer Grand Slam consecutivo, tras la victoria en Nueva York del año pasado y la del Abierto de Australia de principios de curso.
 
El tercero en discordia es un Federer que en esta temporada no ha logrado todavía estrenar su palmarés, pero cuya talla y calidad siempre le colocan como uno de los tenistas a tener en cuenta, sin que la facilidad con la que Nadal le derrotó en la final sirva para descartarle.
 
París no podrá ver a la segunda raqueta del momento, el británico Andy Murray, baja por lesión, ni al argentino Juan Martín del Potro, séptimo jugador del momento, por motivos similares.
 
David Ferrer, quinto del mundo y semifinalista de la pasada edición, vuelve a uno de sus torneos favoritos tras haber levantado este año las copas de Auckland y Buenos Aires.
 
FR

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