Eliminado de la Liga de Campeones con solo tres puntos en la primera ronda y fuera también de la Liga Europa, el Manchester City que dirige el técnico Roberto Mancini se centra ahora en defender el título de la liga inglesa que levantaron la pasada temporada.
El jeque Mansur bin Zayed ha demostrado por el momento más paciencia que el dueño del Chelsea, el magnate ruso Roman Abramovich, que destituyó a Roberto Di Matteo al complicarse las opciones del Chelsea en la Liga de Campeones, y ha mantenido en el banquillo a Mancini a pesar del pobre rendimiento de su equipo en Europa.
Los "citizens" se despidieron con una derrota ante el Dortmund (1-0) de una Champions en la que no han ganado un solo partido y han logrado solo tres empates, que les han dejado como colistas del Grupo D, detrás del Borussia, el Real Madrid y el Ájax.
En su segunda participación en la máxima competición continental desde finales la década de 1960, el City no ha logrado igualar el resultado que obtuvieron el año pasado, cuando quedaron apeados en la liguilla de la primera ronda pero firmaron el tercer puesto, que da acceso a la Liga Europa.
Los de Mancini han superado, en cambio, el récord negativo de un club inglés en la Champions que hasta ahora mantenía el Blackburn, que en 1995 abandonó el torneo tras sumar tan solo cuatro puntos en la primera ronda.
En esta ocasión, uno de los clubes europeos que más ha invertido en jugadores en los últimos cuatro años -más de 450 millones de libras (560 millones de euros)- deberá esperar hasta la próxima temporada para volver disputar un encuentro internacional.
Aún así, Mancini quiso destacar tras la derrota en Alemania ciertos aspectos positivos para su equipo: en primer lugar, el City podrá centrarse en su lucha por la Premier y, en segundo, el técnico aseguró que vio a los suyos entregarse al máximo en el campo, un signo que interpreta como positivo de cara al futuro.
"Puede ser vergonzoso (caer eliminados) si no juegas al cien por cien. Pero cuando lo haces al cien por cien, puedes perder", dijo el italiano, que tras el duelo evidenció que la Liga Europa, una competición menos rentable que la Champions, no era una prioridad para el City.
"Claramente, esto nos puede ayudar a ganar la Premier League porque no jugamos en la Liga Europa", dijo el técnico al finalizar un encuentro que podría haber colocado al City en la tercera plaza del grupo y en el que la estrella del equipo, el argentino Sergio "Kun" Agüero, no saltó al campo hasta el minuto 57.
El objetivo del City, una vez más, será el próximo año cumplir con el sueño del jeque que compró la entidad en 2008: hacerse con la Liga de Campeones.
"La Champions es una competición extraña. El Borussia quedó último de su grupo la pasada temporada y quedó eliminado, como nosotros, y este año son uno de los máximo favoritos. Cada año puede cambiar", apuntó Mancini.
Por el momento, el italiano cuenta con cinco días para ayudar a sus jugadores a recuperar la moral de cara al crucial choque con sus vecinos del Manchester United el próximo domingo, en el que optarán a recuperar el liderato de la liga inglesa.
Con los "diablos rojos" tres puntos por delante, los "citizens" recibirán a los de Álex Ferguson dispuestos a evitar que el United ponga tierra de por medio en el liderato con una victoria que les dejaría con seis puntos de ventaja tras dieciséis encuentros.
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