Brasil no tiene oportunidad ante México…

… aunque los Verde Amarelas también vienen de ganar su primer encuentro. Revisa nuestro análisis de este partido que promete mucha entrega y estrategia.

Cachaza o Tequila… Cuál puede más.
 
El Estadio Castelão de la ciudad de Fortaleza albergará la segunda jornada del Grupo A. Los invitados a participar en el césped son Brasil, selección anfitriona, y México.
 
Ambos equipos llegan al partido con un encuentro ganado, con la diferencia que la victoria del equipo amazónico fue ensombrecida por el arbitraje, mientras que la obtenida por el equipo azteca fue a pesar de los obstáculos del silbante.
 
México
Foto por EFE
 
 
Las selecciones nacionales saldrán a buscar su pase a la siguiente ronda, dejando el tercer partido de esta primera fase para dar descanso a sus jugadores titulares y encarar el cotejo con un poco más de precauciones.
 
Para el equipo que pierda será necesario mirar con cuidado el partido entre los conjuntos de Camerún y Croacia, para conocer la diferencia de goles y la forma de jugar de su último rival.
 
En el papel parece clara la supremacía brasileña, pero no gracias a su estilo de juego, el cual dejó mucho que desear cuando enfrentaron a Croacia en el partido inaugural.
 
La verdadera ventaja que tiene el “Scratch du Oro” es su afición la cual no lo dejará ni un momento solo en el campo de juego y que será una presión constante para los dirigidos por Miguel Herrera. El monstruo de mil cabezas que representa la torcida brasileña deberá jugar un papel importante para ganar el terreno que sus jugadores pierdan en el campo.
 
Y el Tri
 
Por su parte, el equipo mexicano llega relajado a este partido. Si bien es una Copa del Mundo, el Tri sabe que tiene los arrestos suficientes para ganarla al conjunto de “Felipao”, y que si actúan como conjunto será más sencillo obtener la victoria. Los de afuera son de palo diría Obdulio Varela, cuando Uruguay enfrentó a Brasil en la final del mundial del 50; los que vestirán de rojo deben de entenderlo, por más que griten, aplaudan o silben, en el terreno de juego son once contra once.
 
Para Miguel Herrera será necesario recordarles a sus muchachos la frase que Diego Pablo Simeone dijera a los jugadores del Atlético de Madrid en el partido de la última fecha contra el Barcelona, “en la vida siempre hay que creer”.
 
La escuadra Verde Amarela saldrá arropada por su público, por los medios, por FIFA, por los árbitros; la escuadra mexicana saltará sola contra todos ellos. Mientras Neymar Jr. tiene que demostrar que es el mejor de la Copa del Mundo, Peralta, dos Santos, Guardado y Herrera sólo tienen que ser mejores que ellos mismos (difícil tarea, pero no imposible). Mientras que Luiz Felipe Scolari tiene que demostrar que todo en el partido así ha sido planeado, Miguel Herrera puede darse el lujo de la improvisación y el “desorden”.
 
Viendo todo esto parece que Brasil no juega con todos a favor, sino con todos en contra, pues pinchar sería abrirle las puertas a aquellos que han acusado a este equipo de ser ultradefensivo y depender en exceso de sus figuras.
 
Neymar
Foto por EFE
 
 
Perdonar convertiría la fiesta en cruel pesadilla y un golpe de realidad para una sociedad que vive en total caos por los problemas sociales que la asechan. La derrota traería a la mente de los aficionados el Maracanazo y las tragedias sucedidas esa noche.
 
La noche del 15 de junio, el Tri recibió una visita no planeada, cientos de aficionados les fueron a recordar que “sin grupo no hay equipo” y que este equipo no son sólo 23 jugadores y una comitiva de hombres de pantalón largo, el equipo son miles de aficionados mexicanos que viajaron o viven en Brasil y que estarán ahí para poner el hombro en la derrota, el pecho a las balas ante la desesperanza y la otra mejilla en caso de ser robados.
 
En esta fiesta llamada Copa del Mundo Brasil 2014 veremos qué es más poderoso, si la cachaza que acompañada con azúcar y limón suelta la lengua y pone tropical a quien la prueba, o el tequila que acompañado con limón y sal sirve para cerrar negocios, abrir y cerrar apetito, pero sobre todo festejar amistades.
 

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