Poco más de un año después de que Luis Enrique consiguiera sacar al Barcelona de una crisis de vestuario y convertirlo en uno de los mejores equipos en la historia, el conjunto Blaugrana está pasando por una terrible crisis y lo que parecía ser una “temporada perfecta” podría terminar en un fracaso histórico.
Luego de ganar prácticamente todos los torneos que disputó en el último año e iniciar una gran temporada en la que estableció un récord de 38 partidos invicto, el Barcelona está atravesando una crisis deportiva en la que ha perdido cuatro de los últimos cinco partidos que ha disputado, tres de ellos derrotas consecutivas en La Liga.
De poco importó que Lionel Messi llegara a 500 goles como futbolista profesional. El argentino tenía cinco partidos de sequía y su tanto tuvo un sabor amargo, no fue el esperado quinto centenar de Messi, fue un simple gol de la honra de un equipo que hoy luce sin alma.
El Barça pasó de ser candidato inamovible para repetir el Triplete y con una ventaja que lucía inalcanzable en La Liga a ser eliminado de la Champions League en Cuartos de Final, llevar más de un mes sin poder ganar en la liga española y ser alcanzado por el Atlético de Madrid y el Real Madrid.
Tal parece ser que esa derrota en El Clásico ante el Real Madrid sirvió como muestra para todos los equipos y ahora cualquiera puede vencer a los “invencibles” de Luis Enrique, quienes lucen aún sorprendidos en el campo y faltos de un líder que despierte a todos los jugadores y los regrese a sus casillas antes de perder el título en la Liga y la final de la Copa del Rey.
Los rostros de Messi, Suárez y Neymar reflejan incredulidad.
Desde aquella goleada el 12 de marzo ante el Getafe, el imparable tridente de Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar que durante la campaña en la Liga Española han anotado 70 goles, únicamente han podido marcar en cuatro ocasiones en los últimos seis partidos.
Sí, el Barcelona sigue dominando la esférica, generando oportunidades de peligro pero no encuentra el gol, convirtiéndose en el mejor escaparate para los porteros rivales quienes partido a partido salen entre aplausos y como grandes figuras, mientras la defensa Blaugrana lucen endeble y sin variantes.
Lo cierto es que la Temporada Perfecta ya se escapó y Luis Enrique necesita apelar a aquel discurso que levantó a un Barcelona con problemas de vestuario para salvar una Liga en la que ya cualquier equipo podría ser campeón con los Blaugranas empatados con el Atlético de Madrid en 76 puntos y el Real Madrid escoltando a un punto de diferencia.
Quedan cinco partidos en La Liga, tres de ellos como visitante y una derrota más podría dejar al Barça en la lona, sin Champions, sin Liga y con el ánimo por los pisos para afrontar una final de Copa del Rey la cual se jugará justamente en el Vicente Calderón, lugar en el que fue eliminado del torneo europeo por los Colchoneros.
